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Mayas, Equinoccio de Primavera y descenso de Kukulkán

Monumento de Chichen Itzá.

Violeta Merlo

Los amantes del fenómeno astronómico en las ciudades mayas se preparan a presenciar la llegada del llamado Equinoccio de Primavera (martes 20 de marzo a las 05:14 horas), que en esta ocasión está rodeado por las expectativas generadas en torno al calendario maya y la polémica del ‘fin del mundo’.

En la piramide de Kukulkán o Castillo de Chichén Itzá (nombrada recientemente una de las nuevas 7 maravillas del mundo) en Yucatán, México se reúnen año con año miles de personas provenientes de todo el mundo para atestiguar la grandeza de la herencia maya.

Los días del equinoccio eran los más importantes para los mayas, pues marcaban en la primavera el ciclo de preparación de la tierra para la siembra y, en septiembre, el período en que el fruto del maíz ya maduro estaría próximo a recolectarse. Durante el equinoccio y desde la escalera norte del castillo, se genera una ilusión óptica que produce una proyección solar serpentina, consistente en siete triángulos de luz, invertidos, como resultado de la sombra que proyectan las nueve plataformas de ese edificio, al ponerse el sol. Los mayas celebraban así el retorno a la tierra de Kukulkán trayendo consigo las lluvias para empezar la temporada de siembra.

Chichén Itzá es un monumental edificio que ocupa 55 metros cuadrados de territorio, con 24 metros de altura, de nueve cuerpos escalonados (que representan los 9 niveles del inframundo y los 9 señores de la noche para esta cultura) y cuatro fachadas ornamentadas (que representan los 4 puntos cardinales y las cuatro razas del calendario Maya) con representaciones de serpientes y tigres. Las cuatro escalinatas tienen 91 peldaños cada una, mismos que sumados a la de la entrada del templo superior equivalen a los 365 días del año.

Cada cara de la pirámide tiene 52 paneles que representa el ciclo cósmico de los mayas que duraba 52 años. Cada cara cuenta con 18 secciones que equivalen a los meses del año maya.

La escalera principal está ubicada en la parte norte del monumento, la cual se puede localizar con facilidad dado que al pie se encuentra una colosal cabeza de serpiente emplumada de piedra.

La posibilidad de que haya relación entre los fenómenos naturales como huracanes, terremotos y el cambio climático que están ocurriendo en la actualidad, con el conocimiento de la cultura maya que habla de cambio de sol, del clima de la Tierra, y el fin del mundo en el 2012, apasionan a gran número de personas, pero aún no hay nada científicamente comprobado.

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