Insólita historia de piedras lunares robadas a Nicaragua
Ken Ritter
Después de un largo trayecto que abarcó incluso Centroamérica y presenta ribetes cinematográficos, lo que parecen ser varios trocitos de rocas lunares cayeron en manos del dueño de un casino luego de haber sido recogidas por los primeros hombres que pisaron la Luna.
Si son lo que parecen, se trata de muestras obtenidas en la superficie lunar por Neil Armstrong y Buzz Aldrin, entregadas por el entonces presidente Richard Nixon al ex dictador nicaragüense Anastasio Somoza, capturadas por un soldado mercenario costarricense incorporado a la guerrilla antisandinista, canjeadas a un misionero bautista, y después vendidas al pintoresco dueño de un casino que las guardó en una caja fuerte.
Ahora, más de dos años y medio después de la muerte de Bob Stupak, un abogado encargado de su herencia ha enviado a las autoridades de la NASA en Houston una placa que contiene cuatro trocitos de rocas lunares del tamaño de granos de arroz y una bandera nicaragüense. En total, los trocitos pesan apenas 0,05 gramos.
Una portavoz de la NASA, Renee Juhans, confirmó el martes que la agencia «tomaba medidas para autenticar» la muestra que recibió del abogado Richard Wright. No dijo qué ocurrirá más adelante.
Wright opinó que, si los trocitos son auténticos, debían ser devueltos al pueblo de Nicaragua. De no ser así, dijo que deberían volver a sus manos.
«Les dije que eran de Stupak o de Nicaragua», afirmó Wright, quien dijo haber aconsejado a Stupak, cuando se plantearon interrogantes sobre la propiedad hace más de una década, que no tratara de venderlas o subastarlas.
Los granos rocosos podrían ser considerados valiosos o sin valor alguno, comentó Joe Gutheinz, un investigador retirado de la NASA y cazador de rocas lunares que se ha pasado décadas en el intento de hallar 160 muestras de estas piedras por todo el mundo.
«En cierto modo, carecen de valor porque no se pueden vender», dijo Gutheinz telefónicamente desde su bufete de abogados en Friendswood, Texas. «Pero para los amantes del espacio, son invalorables».
Las piecitas son parte de un suministro limitado de unos 382 kilogramos (842 libras) de rocas recogidas por astronautas estadounidenses en seis misiones entre la Apolo 11 de 1969 y la Apolo 17 de 1972. La Unión soviética recogió unos 300 gramos, unos dos tercios de una libra, durante misiones lunares no tripuladas.
Gutheinz dijo que Estados Unidos distribuyó 270 muestras en los años 70 como gesto de buena voluntad a varios países. Cien muestras fueron a naciones y seis a territorios. Las Naciones Unidas recibieron una muestra de la misión Apolo 11.
Los trocitos que llegaron a manos de Stupak en 1987 al parecer provinieron de Nicaragua.
Stupak era un jugador de primer orden. Ganó una apuesta de un millón de dólares en el Super Bowl XXIII y un brazalete en la Serie Mundial de Póker, ambas en 1989. Casi murió en un accidente motociclístico en 1995 y fracasó en su intento de ser vicegobernador de Nevada.
El abogado dijo que durante un tiempo, las piedras lunares fueron expuestas en el Moon Rock Cafe en el casino de Stupak, Vegas World, y después las guardó. Stupak las había comprado por 10.000 dólares y 200.000 acciones de su casino al predicador y empresario de Arizona Harry Coates, según el abogado y recuerdos de la viuda de Coates, Silvina Coates.
La viuda recordó que Harry Coates, ministro bautista y misionero a quien conoció en 1985 en Costa Rica, había adquirido las rocas a un hombre en ese país centroamericano.
El abogado tiene una declaración jurada que describe que Coates adquirió las rocas a un hombre llamado Bob Stone de Golfito, Costa Rica.
La muestra con las piedras lunares fue recogida entre el botín de un mercenario costarricense no identificado que luchaba para Somoza y que después se pasó a los contras en Nicaragua. Un complejo de Somoza, «El Retiro», fue saqueado. Y el abogado dijo que «Bob compró la muestra de buena fe».
Después que murió Stupak, Wright tomó contacto con la NASA y el consulado de Nicaragua.
Tomado de AP.