Perros y gatos no son culpables de las alergias
Dr. Enrique Rimbaud
Uno de los temas más polémicos es acerca de si los pelos de los perros o gatos provocan alergias o problemas respiratorios, sobre todo asma, en los niños.
Varias veces hemos tenido que salir a la palestra a defender lo contrario, dado que no son los pelos de los perros y gatos los que provocan estas afecciones, sino que es el polvo doméstico. Es más, de acuerdo a las últimas investigaciones realizadas por la Universidad de California en los Estados Unidos, publicadas en Daily Science, aquellos niños que crecen con perros sufren mucho menos enfermedades respiratorias o alérgicas que aquellos que crecen sin mascotas.
Decían los mayas, que en las casas que había xoloiztcuintle (perro pelón mexicano), éste se raptaba el asma, mejorando las condiciones de salud respiratoria de los habitantes de las casas.
¿Pero por qué las leyendas urbanas y muchos dermatólogos haraganes siguen insistiendo con los pelos de perros y gatos?
Porque al ser de menor tamaño y poder meterse debajo y encima de muebles, estos son grandes captadores de polvo doméstico, el cual es el gran culpable de las alergias y problemas respiratorios, pero, ¿qué es y por qué provocan estas cosas el polvo doméstico?
El polvo en las casas, oficinas, y otros ambientes humanos es en gran medida generado por sus habitantes, especialmente por el desprendimiento de las células de la piel. Aproximadamente el 70 por ciento de la composición del polvo es células muertas de piel humana.
También se encuentra algún porcentaje de polvo atmosférico del exterior (polvo de estrellas). En promedio, aproximadamente el ritmo de producción de polvo en una casa es de 6 mg/m²/día, dependiendo de la cantidad de tiempo que se permanezca en la casa y del número de habitantes. Cuando se acumula suficiente cantidad de polvo se forman pelusas (son las llamadas «motas de polvo»).
Los insectos y otra fauna menor que habitan en las casas poseen una serie de interacciones sutiles con el polvo, dado que principalmente se alimentan de las células muertas descamadas, lo cual puede afectar la salud de los habitantes de la casa. Por ello, es recomendable mantener una cierta circulación de aire, manteniendo las ventanas o puertas parcialmente abiertas. Una vez en el exterior, las partículas de polvo son llevadas por las brisas o desintegradas por la luz solar.
Los ácaros del polvo doméstico se encuentran en todas las superficies y aún suspendidos en el aire. Los ácaros del polvo se alimentan de pequeñas partículas de materia orgánica, que es precisamente el principal constituyente del polvo doméstico. Ellos excretan enzimas para digerir las partículas de polvo; estas enzimas y sus heces, a su vez, forman parte del polvo doméstico y pueden provocar reacciones alérgicas en los seres humanos (sobre todo rinitis alérgica o asma).
Los ácaros del polvo se desarrollan con preferencia en las fibras de los acolchados, muebles y alfombras. El polvo doméstico puede ser eliminado con varios métodos: barriendo o sacudiendo con un trozo de tela, esponja, plumero o escobillón, o por medio de succión con una aspiradora o con un filtro de aire.
En principio, el dispositivo que se use retendrá el polvo; sin embargo, parte del mismo puede ser puesto en suspensión en el aire con la propia actividad de limpieza (las partículas que forman el polvo doméstico pueden entrar fácilmente en suspensión) y alcanzar los pulmones de la persona que realiza esta actividad, aumentando el riesgo. Por ello, es preciso tener precaución al limpiar el polvo: es preferible juntarlo o rechazarlo aplicando algún tipo de carga eléctrica (electrostática).
Esto quiere decir, que la recomendación adecuada para evitar problemas de alergia o asma en los niños, no es criarlos sin mascotas, sino limpiar a profundidad nuestro hogar liberándonos del polvo e inclusive fumigar para controlar los ácaros del polvo doméstico.
Es más, de acuerdo a las investigaciones realizadas, los perros al ingerir o respirar el polvo doméstico, inactivarían los ácaros mediante la digestión y anticuerpos específicos, impidiendo que provoquen enfermedad en los seres humanos.
Les pedimos a los dermatólogos, que si bien es más difícil, no trunquen la felicidad de los niños sin motivo, no les pidan a las madres que los críen sin mascotas, sino que limpien a fondo sus casas.
Por lo antes dicho, porque son parte de la familia, porque son fieles, porque son nuestros amigos, porque nos protegen de enfermedades, porque los animales nos importan, tengan perro o gato en su casa, un motivo más para ser felices en esta vida.
