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Dirigiendo la Armada de Hoy… Moldeando el Ejército de Mañana

Diana Benavides.

Diana Benavides

Bienvenidos al entrenamiento más intensivo que la humanidad haya experimentado, su nombre es ¡la Vida! Y nosotros somos los soldados de la vida. Enfrentaremos muchas batallas, desafíos y cambios durante este tiempo—y la única manera de obtener la victoria es venciendo al “Hombre” para fortalecer al “Líder” dentro de nosotros.

Ni las armas más sofisticadas, ciencia avanzada o moderna tecnología nos aseguraran el éxito—desde ya, debes de saber que esto no es una competencia, un desfile o un centro de exanimación para obtener la nota más alta; estamos aquí para descubrirnos a nosotros mismos, para ser los lideres de nuestro propio destino en la vida.

Algunos creen que debemos seguir o dirigir, o simplemente quitarnos del camino. Me rehúso a contemplar esta idea—verdaderamente creo que estamos destinados a ser líderes, si no de muchos, por seguro de nuestra propia vida. Entonces, ¿qué hace a un líder? Peter Drucker expresó que el liderazgo no es precisamente tener una personalidad magnética—pues puede ser solamente el tener labia; no es precisamente tener amigos e influenciar gentes—pues puede ser coquetería nada más; por lo tanto, el liderazgo es levantar la visión de una persona a una mirada más alta, levantar el desarrollo de una persona a estándares mayores, y la formación de una personalidad más allá de sus limitaciones.

Todos poseemos diferentes conocimientos, capacidades y habilidades—por lo que el universo tiene más que suficiente luz para que todos y cada uno de nosotros brillemos. Solamente los perdedores, ni siquiera los seguidores, permiten que la envidia y el egoísmo encuentren un hogar en sus corazones. Entonces, si queremos ser líderes tenemos que comenzar por querer el bienestar de los que servimos.

¡Oh!, ¿así que ser un líder no se trata de ser privilegiado? No, no se trata de eso. Se trata más de otros y menos de nosotros mismos. Lo primero que un soldado aprende es nunca dejar a un compañero atrás en el campo de batalla. ¿A quienes estamos dejando atrás? ¿A los que sufren y lloran, al hambriento y enfermo, al menos afortunado y oprimido, al débil?

Es mucho más fácil escoger ser y hacer algo diferente mientras estamos aquí—por lo que la naturaleza y llamado de este entrenamiento es para líderes. Razón por la que hay una gran necesidad en el mundo, porque las necesidades requieren de líderes.

El liderazgo es la única arma intangible que puede asistirnos en sobrepasar las batallas, desafíos y cambios, mientras servimos a los demás. Por lo que servirles a los demás significa a todos y a cualquiera—desde las personas que apreciamos, hasta aquellos que nunca hemos visto pero existen, y hasta los que podamos considerar nuestros enemigos.

Si alguna vez nos sentimos con ganas de rendirnos y salir corriendo—debemos recordar nuestros ideales, porque aquí es donde encontraremos fortaleza y propósito para nuestro liderazgo. En el liderazgo existen decisiones difíciles que hacer; por lo que si queremos obtener maestría sobre el arte de tomar decisiones, lo podemos lograr con la práctica.

Si miramos a nuestro alrededor y no nos gusta lo que vemos, debemos entender que no hay malos seguidores, solamente líderes ineficientes. ¡Y nosotros somos los líderes! No es suficiente que el mundo sepa que nosotros somos los soldados de la vida, debemos de vivir nuestro liderazgo con responsabilidad y no con rango—por medio del servir, haciendo una diferencia y tocando vidas. De esta manera dirigimos la armada de hoy y moldeamos el ejército de mañana.

Propiedad y derechos reservados de su autora…Diana Benavides.

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